La pizza es un plato tradicional italiano que, por su sencillez y buen sabor, siempre ha sido una de las comidas que se suelen hacer en casa.
Su preparación es sencilla, pero para obtener un resultado igual al de una pizzería, mejor evitamos cometer algunos errores. Aquí están los 5 errores que cometemos muy a menudo cuando ponemos "las manos en la masa".
Elegir la harina adecuada es esencial. Para preparar una pizza alta y bien fermentada tienes que utilizar una harina con un contenido adecuado de proteínas, que permite así que la masa sea elástica.
El contenido en proteínas puede comprobarse directamente en la bolsa de harina y se encuentra en la tabla de valores nutricionales. Para una masa de pizza fina y crujiente, el contenido adecuado de proteínas oscila entre el 10% y el 11,5%, mientras que, para una pizza más alta y voluminosa, es mejor elegir una harina con un contenido de proteínas entre el 11,5% y el 14%. Las harinas blancas (0 y 00) son las más fáciles de amasar, mientras que las harinas más oscuras (tipo 1, 2 e integrales) requieren más atención porque al utilizarlas, la masa tiende a desarrollar menos volumen durante el horneado.
Para obtener una buena pizza, no es suficiente mezclar los ingredientes de la receta, sino que hay que prestar mucha atención a las cantidades, al orden en que se añaden y, sobre todo, a la temperatura.
De hecho, la eficacia de la levadura depende de la temperatura de la masa. Si dejamos que la masa suba en un ambiente frío, es mejor utilizar un poco más de levadura, mientras que, si el ambiente es muy caliente, hay que reducir la cantidad y quizás "vigilar" las bolas de masa mientras suben; luego, si es necesario, guardarlas en un frigorífico bien tapadas.
Para obtener un buen resultado, hay que evitar añadir el tomate y la mozzarella inmediatamente después de extender la pizza. De hecho, todos los ingredientes del relleno ponen su peso en la masa, que necesita tiempo para subir bien. Por lo tanto, antes de poner los ingredientes sobre la pizza, se recomienda dejar reposar la masa el tiempo necesario. Una buena regla general es hornear primero la pizza con el tomate y sólo después de unos minutos añadir la mozzarella, que de esta manera no correrá el riesgo de quemarse.
Un error que se suele cometer al preparar los rellenos de la pizza es utilizar ingredientes demasiado ricos en agua o aceite. Todos los ingredientes tienen que estar bien secados de antemano. La buena mozzarella suele ser rica en leche, por lo que es una buena regla cortarla con antelación y añadirla a la pizza sólo cuando haya soltado el exceso de agua.
La cocción de la pizza es un paso fundamental que a menudo se pasa por alto.
Para conseguir un buen resultado es imprescindible calentar el horno con al menos 20-30 minutos de antelación a la temperatura máxima. El horneado tiene que ser lo más rápido posible porque cada vez que abrimos la puerta del horno su temperatura baja bruscamente. La pizza requiere una cocción a una temperatura constante de más de 230/250 grados. Para obtener el mejor resultado, se recomienda utilizar una base de piedra refractaria para colocarla en la base del horno, que así podrá mantener mejor el calor. Si se coloca la bandeja de la pizza a unos 3-5 cm de la base refractaria, la cocción será más rápida y uniforme.
Evitando estos 5 errores, podrás sacar el mayor provecho de tu cocina.
¡Buena pizza para todos!
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